Control de las armas del pueblo.
Agustí Chalaux es partidario de que el pueblo no tenga armas de fuego en su casa. Al revés de lo que ha pasado durante muchos años en los Estados Unidos de Norteamérica, donde mucha gente está armada y de vez en cuando se produce una matanza masiva provocada por una persona armada mentalmente desequilibrada.
En cambio, sí que considera legítimo que una persona disponga de la titularidad de una o más armas de fuego para poder hacer cacerías o prácticas de tiro.
La originalidad de la propuesta consiste en que todas las armas de fuego tienen que estar debidamente guardadas y catalogadas dentro de unas armerías situadas en el interior de los cuarteles.
Los propietarios de las armas pueden hacer prácticas acreditando la debida identificación, dentro del mismo edificio donde están guardadas y en zonas de tiro destinadas a tal efecto. Una vez realizada la práctica, el arma o las armas utilizadas se devuelven a su lugar de origen.
En más de una ocasión, una cacería organizada por particulares ha sido el pretexto para hacer un ajuste de cuentas con consecuencias letales para uno o más individuos, y el autor o autores del homicidio siempre pueden exculparse diciendo que ha sido un accidente. Se propone pues que, cuando se levanta el tiempo de veda, se organicen cacerías colectivas controladas para que los cazadores utilicen sus armas contra animales no protegidos sin que causen ningún accidente a los seres humanos.
Una vez finalizada la cacería, todas las armas tienen que ser devueltas y almacenadas dentro de la armería del cuartel de origen.
Propuesta relatada por Agustí Chalaux de Subirà (1911-2006), recuperada por Brauli Tamarit Tamarit entre los años 2011 y 2012, durante el proceso de edición del libro Tercera Via. Sistema General a la mesura de l'home d'avui (Tercera Vía. Sistema General a la medida del hombre de hoy), de Lluís Maria Xirinacs (1932-2007).