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Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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C.
PROPUESTAS SOBRE EL SISTEMA ECOLÓGICO: Energía y cambio
climático
C01.
Hay que pensar cómo transitar hacia una sociedad pos-fósil,
o sea hay que establecer las bases de un reformado sistema de convivencia
y de producción, que en alguna medida deshaga el camino recorrido
en los últimos dos siglos, y que nos ubique de nuevo en relación
armónica con el medio rural. Hay que implantar estilos de
vida y de convivencia que no presupongan el crecimiento económico
ilimitado y el descontrolado consumismo. Hay que repensar el sistema
bancario y financiero, pues el actual es muy ineficiente, a la vez
que permite maniobras injustas y oscuras que mucho benefician a
los centros de poder, a la vez que perjudican enormemente a las
economías periféricas y a los grupos poblacionales
más débiles.
C02. La generación
distribuida de energía hace viable la autosuficiencia local
o se acerca a ello. Las fuentes alternativas de energía generalmente
permiten la generación en diferentes escalas. Y por ello
no deberían estar en manos de grandes empresas con concentración
de capital, que tienen una gran capacidad de influencia sobre las
decisiones políticas y técnicas, y que por tanto no
siempre orientan las soluciones establecidas en el mejor sentido
desde el punto de vista del interés general, ya que muchas
veces priman los intereses empresariales y corporativos.
C03. Remodelar y repensar
el sistema de transporte, para sustituirlo por otro más eficiente
tanto para pasajeros como para mercancías. Potenciar el uso
de bicicletas, y mejor desarrollar el transporte público
(principalmente eléctrico), así como el uso de vehículos
eléctricos o híbridos, y el aprovechamiento en algún
aspecto de la energía solar. Tener en cuenta, entre otras,
la experiencia de VELIB en Francia (referencia: el nuevo sistema
de bicicletas de libre servicio, <a href="http://www.slideshare.net/AnselmiJuan/pres-francia-paris-subido-slideshare">http://www.slideshare.net/AnselmiJuan/pres-francia-paris-subido-slideshare</a>).
C04. Procurar la reducción
de demanda de movilidad y de transporte - mercancías y pasajeros,
privado y público - porque es un elemento clave fundamental,
que sin duda incidirá en el modelo energético.
C05. Fomentar la protección
ambiental y promover un estilo de vida bajo en carbono. Promover
sistemas de producción que no se encuentren tan basados en
el carbono y la contaminación. Promover las fuentes de energía
renovable con metas obligatorias y claros incentivos fiscales y
operativos.
C06. Promover las energías
renovables, e involucrar en ello no sólo mayores inversiones
estatales y mayores compromisos empresariales (I+D), sino también
un mayor sacrificio por parte de todos los consumidores. Hemos de
estar dispuestos a pagar más por las energías renovables,
para así fomentar su desarrollo, y para que de esta forma
y a medio plazo, ellas sean más eficientes y baratas que
las energías actualmente empleadas. Pero además y
como en la economía todo está integrado, por distintas
vías también debemos provocar el aumento de los costes
de las energías tradicionales, entre otras cosas, por ejemplo
aplicando a las mismas un impuesto ecológico. El aumento
de los precios del petróleo, no solamente debería
darse en períodos de auge y ante un inusual incremento de
la demanda, sino que a través de distintas vías, y
especialmente las fiscales, ello debería ser incentivado
y promovido.
C07. Priorizar el uso
de energías renovables, así como la protección
pública de los recursos naturales esenciales para la vida,
tales como el agua, el aire, las semillas, la diversidad biológica
y los ecosistemas equilibrados. Estos recursos constituyen 'patrimonio
de la humanidad', y deberían estar por encima de la ley del
valor y de cualquier otra consideración de carácter
práctico o cortoplacista. A toda costa debemos proteger este
'patrimonio de la humanidad' de la destrucción, de la degradación,
de la sobre-explotación, del inadecuado manejo. Pero atención,
estamos inmersos en un sistema económico capitalista, que
se guía por la estructura de precios y por la búsqueda
de beneficios, y de este esquema es muy difícil salirse sólo
con llamamientos altruistas e invocaciones al sano juicio. No hay
otra que incidir de distintas formas en la estructura de precios,
entre otras por medios fiscales y punitivos. Y como las concertaciones
a nivel mundial no son sencillas de concretar, también debemos
convencernos que no hay otra que concretar algún tipo de
Gobierno Mundial o de Estructura Supranacional Mundial, que se ocupe
de incidir en este tipo de cuestiones que tienen un alcance general.
Dicho Gobierno Mundial, dicha Estructura Internacional, posiblemente
podría instalarse poco a poco, y sin duda debería
tener moneda propia, justicia propia para regular los conflictos
entre Estados y para incidir en las cuestiones de índole
internacional, y también por cierto, las resoluciones y sentencias
emanadas de este ámbito deberían ser de carácter
vinculante.
C08. Reducir la dependencia
en relación al petróleo, y promover una nueva cultura
de la energía. Las compañías petroleras deben
entender que sus objetivos y necesidades no pueden ni deben primar
por encima de las necesidades sociales o del interés general,
y que por tanto deben resignarse a perder parte de su actual poder.
La extracción y quema de combustibles fósiles debe
ser reducida. Y la propia industria petrolera debería financiar
en parte el esfuerzo de reconversión y de investigación
que para ello fuera requerido.
C09. Los países
desarrollados necesariamente deben adaptar sus estilos de vida y
de consumo, ante la emergencia planetaria del cambio climático,
y ante la posibilidad de agotamiento de los llamados recursos no
renovables. Como principales causantes del cambio climático,
los llamados países industrializados y altamente desarrollados
deben asumir su responsabilidad histórica y actual, y deben
reconocer y honrar/saldar su deuda ecológica en todas sus
dimensiones, como base para una solución justa, efectiva,
y equitativa, al notorio y peligroso cambio climático que
ya se esboza con contundencia. Y el enfoque debe orientarse no solamente
a la compensación económica de las circunstancias
y perjuicios visibles a corto y mediano plazo. También deben
tenerse en cuenta principios de justicia restaurativa, es decir,
también debe ser exigido un esfuerzo sustantivo en restituir
la plena integridad a las personas afectadas, así como en
reparar la pérdida de identidad y de estilos tradicionales
de vida que pudieran observarse en el seno de las comunidades. En
este marco, en este contexto, los países desarrollados deben:
(9/a) Restablecer a los países periféricos la calidad
del espacio atmosférico que le es propio, y que ha sido degradado
por las emisiones de gases de efecto invernadero efectuadas con
toda evidencia en las zonas industrializadas y desarrolladas; en
cierto sentido esto implica una especie de descolonización
de la atmósfera, mediante la reducción y absorción
de las emisiones nocivas. (9/b) Asumir los costes y las necesidades
de transferencia de tecnología hacia los países en
desarrollo, por efecto de la pérdida de oportunidades impuesta
por un comercio internacional injusto y por un sistema financiero
aún más arbitrario e injusto. (9/c) Asumir responsabilidad
por los cientos de millones de personas que obligadamente tendrán
que migrar de sus países de origen, por efecto de los cambios
climáticos que ya se manifiestan, y por efecto de las arbitrarias
y desequilibradas políticas comerciales que nos han regido
en las últimas centurias; todos tenemos derecho a una vida
digna; todos tenemos derecho a que se nos ofrezca un mínimo
de oportunidades. (9/d) Asumir la deuda de adaptación relacionada
con los impactos del cambio climático en los países
periféricos, proveyendo los medios para prevenir, minimizar,
y atender los daños, que surgen y surgirán por las
excesivas y nocivas emisiones realizadas.
C10. Precisamos orientarnos
a un uso más justo y equilibrado de la energía entre
los distintos países y regiones. Además, nuestra sociedad
consumista debe dejar suficientes recursos, energía, y nutrientes,
para la biosfera no humana. Y además, se debe velar por proporcionar
una cuota de recursos, justa y razonable, a cada persona de este
planeta, bajo la forma de alimentos, vivienda, ropa, productos de
higiene, servicios sanitarios y sociales, etcétera.
C11. Reconocer que
la inercia social y los sentimientos egoístas serán
los que en muchos casos primen cuando indefectiblemente haya que
apretarse el cinturón, y aceptar menores niveles de consumo
para la energía y para otros elementos básicos. Por
cierto, no será nada fácil establecer límites
mensuales y anuales razonables y realizables, convencer a nivel
individual y a nivel familiar que dichos límites deberán
ser respetados, y a la vez implantar un eficiente sistema de control,
que por un lado proporcione información confiable de base,
y que por otro lado permita manejar adecuadamente los desvíos
que puedan producirse. Obviamente algo como lo que aquí se
está esbozando deberá comenzar por una muy buena educación
a nivel individual y a nivel corporativo, y por la toma generalizada
de conciencia de que implantar algo de este estilo es inevitable.
A nivel técnico deberá establecerse una porción
cuantificable de energía para un consumo sostenible a nivel
de cada ser humano, a nivel de cada grupo familiar, y a nivel de
cada unidad consumidora institucional. La cuota establecida científicamente
para el derecho de un uso sostenible de energía, obviamente
dependerá de una serie de factores, entre ellos el número
de personas en la localidad y a nivel mundial, la mayor o menor
contribución lograda por cada país en base a una buena
administración nacional o local, etcétera, etcétera.
Notoriamente, esta cuestión deberá ser manejada centralizadamente
por una agencia mundial, con poder y competencias, que pueda regular
los usos a nivel general, y que pueda incidir adecuadamente sobre
los niveles de producción así como sobre los justos
y razonables intercambios de bienes materiales y de energía.
La organización de esta agencia global y los recursos y medios
que se le asignen, lógicamente deberá estar a la altura
de sus competencias y de sus realizaciones prácticas, y una
de sus formas de actuación naturalmente deberá basarse
en una determinada estructura fiscal aplicable a las importaciones,
a las exportaciones, a los consumos per cápita (reales o
promedio), a las transferencias internacionales de capitales, etcétera,
para que, con el tiempo, este sistema se oriente hacia una distribución
justa y razonable y equilibrada para cada país. Con toda
certeza, en la mayoría de los países o en todos los
países, esto sólo será políticamente
posible con el apoyo masivo de la población. Cierto, será
necesario aplicar estrictas reglamentaciones y dolorosas puniciones
en los casos que ello sea necesario, pero no despreciemos las informales
sanciones sociales; un vecino, un transeúnte ocasional, un
familiar, un compañero de tareas, todos ellos pueden observar
y sancionar moralmente, y ello puede llegar a establecer un sistema
muy práctico y eficiente de control. Los ciudadanos, los
trabajadores, los consumidores, los dirigentes y líderes,
pueden avanzar en este principio global a través de una serie
de acciones locales, nacionales, e internacionales, y aplicando
variados puntos de vista y variadas metas parciales a alcanzar,
hasta que el principio señalado sea ampliamente comprendido,
aceptado, y respetado por suficiente gente, como para viabilizar
el alcance de objetivos globales, y como para generar la presión
política necesaria para efectivamente orientarse hacia una
gobernanza vinculante nacional y también global. Cerraremos
aquí esta recomendación a pesar de su sesgo borroso,
no sin antes enfatizar que el señalado será un proceso
de años y de décadas, y que las metas finales deberán
ser aproximadas por refinamientos sucesivos, por cambios progresivos.
Por otra parte, el enfoque dado a esta recomendación, en
mayor o menor grado tiene implícita la idea de un Gobierno
Mundial o de una Gobernanza Global. Además, la complejidad
y alcance del sistema no deja otra alternativa que hacer un uso
intensivo de la informática, que de alguna forma llevar registro
de todos los consumos realizados por cada individuo y por cada unidad
productora/consumidora, complementados casi seguramente con el propio
control individual sobre el territorio, con el uso de monedas telemáticas
al nivel nacional, y con el uso de una verdadera moneda internacional
que también sea virtual, que también sea inmaterial.
Quien lea y analice estos últimos requerimientos, notoriamente
comprenderá las dificultades y las polémicas que despertará
un sistema de este tipo, pero bueno, los peligros que se ciernen
sobre la humanidad no dejan mucho margen a la discrecionalidad de
acciones y de procedimientos, y a la buena voluntad de las personas.
C12. El 20% de consumo
superior tiene que mejorar su eficiencia en el uso de recursos en
un factor de al menos 5, para dar "espacio" de crecimiento
al 80% de la cola.
C13. Se necesitan reformas
profundas en relación con el comercio de emisiones de carbono.
Es ridículo que los países y las empresas puedan "compensar"
sus emisiones de carbono, ya sea comprando "permisos de emisión"
a otros países, o participando en proyectos transfronterizos
con el fin de equilibrar sus emisiones tóxicas. En todo caso,
este enfoque pudo haber sido acertado en un inicio, cuando aún
se estaba concientizando sobre la gravedad de este asunto, pero
en el momento actual este tipo de compensaciones es inaceptable.
Quienes contaminan rápidamente deben cambiar procesos y modalidades
de forma de evolucionar hacia producciones cada vez más limpias,
cada vez menos agresivas con el medio ambiente, y quienes así
no lo hagan o quienes progresen con excesiva lentitud, deberán
pagar daños.
C14. Lo más
importante de todo tal vez no sea una "producción en
bajo contenido de carbono", sino una "vida desarrollada
con bajo consumo de carbono", y la responsabilidad de esto
hacer no debe reducirse a "prácticas personales",
sino al establecimiento de una muy buena "práctica social",
sino a la consolidación de una muy buena "conciencia
social".
Juan Carlos Anselmi Elissalde
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