Vilaweb. Sábado, 8 de Junio de 2019.
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Sociedad. Ecología.
La apuesta de Escocia por las energías renovables.
A pesar de ser rico en petróleo, el país hace años que invierte en energías renovables. ¿Qué podemos aprender?
Por: Marc Belzunces.
8-6-2019, 21h50’.
Escocia y los Países Catalanes tienen muchos elementos en común. Aparte de acontecimientos históricos, como por ejemplo la incorporación forzada, respectivamente, al Reino Unido y a Castilla en fechas muy próximas, políticamente estos últimos años ambos países se han observado para aprender el uno del otro, gracias a la simpatía mutua a raíz de la lucha nacional y cultural. Pero aparte de estos dos ámbitos, Escocia nos puede servir de ejemplo de la manera como un país aprovecha sus recursos para cubrir toda su demanda energética. A pesar de ser muy rico en petróleo gracias al mar del Norte, estos últimos años ha desarrollado una política de adopción de energías renovables que lo tiene que llevar a ser un exportador neto de energía sin emisiones de CO2 y que esto sea uno de los motores principales de su economía.
Las Orcadas, las islas laboratorio que nos muestran el futuro de las renovables.
Las islas Orcadas están situadas al norte de Escocia. Es un archipiélago de unas setenta islas de 1.000 km2 de superficie –algo más que Menorca– y unos 20.000 habitantes –el doble que Formentera–. Con presencia humana ya hace 8.000 años, fueron ocupadas por los vikingos en el siglo VIII y pasaron a Escocia en el XV, momento a partir del cual el escocés empezó a sustituir el norn como lengua de las islas. Pero en estas islas se destaca que hace mucho viento. Tanto que era lógico de instalar molinos para obtener electricidad. Primero empezaron con grandes molinos en todas partes, normalmente de 50 metros de altura. Posteriormente, proporcionaron a los propietarios de viviendas la posibilidad de instalar en sus fincas pequeños molinos para el consumo doméstico. Posteriormente les ofrecieron también la posibilidad de instalar placas solares en el tejado de casa. En 2015 había 700 puntos generadores de electricidad como estos.
A consecuencia de todas estas instalaciones, hubo un problema: generaban tanta electricidad que no solamente cubrían todas las necesidades, sino que sobraba y no sabían qué hacer. La primera medida fue electrificar la generación de calor (calefacción y agua caliente) y prescindir de las calderas de fuel o gas. Aun así, todavía les sobraba. La medida siguiente fue empezar a electrificar el transporte. Los habitantes empezaron a comprar vehículos eléctricos, que consiguieron una penetración muy superior al resto de Escocia y del Reino Unido. El resultado es que las familias no consumen tan solo energía 100% renovable generada en el mismo lugar, sino que incluso ahorran más del 50% de la factura. Una casa unifamiliar típica de 3 habitaciones tiene un gasto anual inferior a 650 euros en electricidad, incluyendo el consumo de los vehículos.
Hoy por hoy en las Orcadas las viviendas nuevas tienen prohibidos los sistemas de generación de calor de fuel o gas. Todo tiene que ser eléctrico. Además, a pesar de estar situadas muy al norte, muchas de las nuevas casas que se construyen tienen placas solares y baterías ya de buen principio. Es una de las otras soluciones que han tenido que adoptar para aprovechar todo el excedente de energía que tienen. La intención es que en un plazo de diez años todas las viviendas tengan una batería para almacenar el excedente de la red eléctrica. Además, también se han instalado baterías más grandes en la misma red, para gestionar las variaciones en la generación de electricidad. La gestión de una red completamente renovable es también una de las áreas en que van experimentando, con un control en tiempo real. Finalmente, disponen de dos cables conectados al resto de Escocia para exportar electricidad.
Pero las Orcadas no tienen solamente viento. También tienen un mar indómito y mareas importantes, que pueden llegar a velocidades de 4 m/s (la de un río acostumbra a ser de 1 m/s). Esto hace que estas islas sean un laboratorio ideal para la generación de energía a partir de oleadas y mareas. Las primeras pruebas muestran que sólo una estación de estas podría producir unas cuántas veces la energía consumida en todo el archipiélago. Este gran excedente potencial ha hecho que se empiecen a hacer pruebas con el último consumidor de combustibles fósiles de las Orcadas, los barcos. Los ferrys conectan diariamente las islas entre sí y con el resto de Escocia. Consumen unos 3 millones de litros de diésel al año, un volumen equivalente al que consumían antes todas las viviendas. La intención es que con los excedentes de las renovables se genere hidrógeno y que sea usado en los barcos mientras los barcos con baterías todavía no llegan. Hay más proyectos incluso, atendiendo la sobreabundancia energética de las renovables: se plantean construir invernaderos para cultivar alimentos, hasta ahora impensable.
Las Orcadas muestran como las islas son el primer lugar donde es factible de pasar a un modelo energético 100% renovable y, en consecuencia, mejorar notablemente la calidad de vida y la economía. Son lugares donde, si se usa un modelo basado en energías fósiles, la energía proviene mayoritariamente del exterior, básicamente en forma de diésel, que tiene un coste superior porque es caro transportarlo. Las renovables significan un coste menor y la energía se produce allá donde se consume. Además, las islas suelen ser lugares con mucho viento y con muchas horas de sol, de forma que incluso pueden ser exportadoras de energía. Pero las Orcadas enseñan, además, que este modelo es extensible a países enteros.
Escocia, de gran productor de petróleo a la apuesta por las renovables.
Escocia es uno de los países ribereños de la mar del Norte, la principal reserva de petróleo y gas de Europa. Noruega es uno de los grandes explotadores de estos recursos, que le proporcionan una gran riqueza. Aun así, el gobierno escocés no tiene control sobre la extracción de petróleo, que es gestionado por el de Londres. El petróleo de la mar del Norte fue una de las grandes cuestiones de debate en el referéndum de independencia, porque un 90% de los beneficios de las arcas públicas corresponderían a Escocia, y no al gobierno de Londres como por ejemplo, que además ha sido acusado de malgastarlos. Se calcula que las reservas durarán décadas y que tienen un valor de 17 billones de euros. A pesar de esto, el gobierno escocés quiere hacer igual que el noruego con los beneficios de la extracción de petróleo y gas: crear un fondo para ayudar a la transición energética hacia las renovables. A pesar de que no tiene control sobre estos beneficios y un autogobierno limitado, hace años que el gobierno escocés practica una política en favor de energías limpias en el conjunto del país, no exclusivamente en las Orcadas.
Uno de los grandes objetivos es generar toda la electricidad que consumen los hogares a partir de las renovables. La intención es conseguirlo en 2020 y, de hecho, si consideramos la producción diaria, algunas veces ya ha llegado al 100%. Así, en mayo de 2017 fue calificado de un mes extraordinario, y las turbinas eólicas produjeron suficiente electricidad para proveer el 95% de los hogares escoceses, mientras que las placas solares en varias partes de Escocia podían generar más del 100% del consumo. Aun así, el consumo total de energía va más allá de la electricidad de los hogares. Hay que añadir el transporte, la generación de calor (calefacción, agua caliente...), la industria y las empresas. Para el consumo total de energía, el gobierno escocés quiere llegar a un 50% de generación renovable en 2030. En comparación, la Unión Europea tiene por objetivo sólo el 27%.
Escocia: aprovechar el mal tiempo para vivir mejor.
Escocia quiere conseguir estos objetivos ambiciosos aprovechando el potencial natural. Los escoceses disponen del 25% de la energía mareal de Europa, el 10% de la energía de las olas y el 25% de la eólica marina. Son fuentes energéticas que todavía están en fase de experimentación y de proyectos pilotos, pero explotarlas puede hacer que sean el elemento central de la economía escocesa y Escocia se convertiría en uno de los grandes generadores y exportadores de energía de todo el continente, sin necesidad de recurrir a los perjudiciales petróleo y gas. Todo esto sin olvidar la energía solar. Aunque es un país nórdico y con mal tiempo frecuente, hoy en día las placas solares son un elemento muy común en muchos hogares, a diferencia de nuestro país. Hay que decir que también está favorecido por un modelo urbano donde la mayoría de la población vive en casas unifamiliares, pero con unas condiciones objetivas (latitud e inclinación solar) muy peores que en nuestro soleado país. A pesar de que la energía solar no tiene el potencial de los países del sur de Europa, también la quieren aprovechar.
Aun así, Escocia considera que el desarrollo de la explotación marina eólica, mareal y de oleadas es un activo estratégico para el país. En este campo le sirve de gran ayuda la experiencia acumulada en la extracción de petróleo y gas en el mar del Norte. A pesar de que el gobierno escocés apuesta por la eólica y continúa instalándola sobre tierra firme, los molinos situados en el mar presentan unas cuantas ventajas. La instalación marina es más cara, pero se puede contrarrestar con molinos más grandes y de más potencia, lo cual hace que puedan producir más electricidad. También, en medio del mar hace más aire, es más constante y tiene menos turbulencias. Además, el mar es mucho más grande y, por lo tanto, se pueden instalar muchos más molinos que en tierra firme. Otro aspecto importante es que están lejos de la población, de forma que no tienen un impacto visual en la vida cotidiana y disminuyen el ambiental. En este sentido, Escocia inauguró en 2017 el primer gran campo de molinos marinos flotantes ante Aberdeenshire, a unos 25 kilómetros mar adentro. El objetivo es que el coste de producción de este campo se reduzca hasta 40-60 euros por MWh en 2030; es decir, uno de los precios más baratos del mercado.
El mar del Norte es poco profundo. Se sitúa encima de la plataforma continental, que rodea los continentes con profundidades máximas de 200 metros y muy planas. Más allá de esto, los mares y océanos tienen profundidades de 4.000 y 5.000 metros. Los molinos de viento marinos se pueden situar directamente apoyados sobre el fondo marino, pero entonces hace falta muy poca profundidad. Si son flotantes, se pueden situar a más profundidad, a pesar de que tienen que ir anclados en el fondo igualmente. Todo ello hace que sea más fácil de instalarlos en las plataformas continentales. Escocia tiene la suerte que todo el mar del Norte es un mar de plataforma. En nuestro país, en cambio, la plataforma continental está más reducida: zonas equivalentes sólo las encontramos entre Tarragona y Castellón y entre Mallorca y Menorca. Aun así, los escoceses quieren ir más lejos y las turbinas del campo de Aberdeenshire se pueden instalar hasta profundidades de 800 metros, cosa que muestra que piensan más allá del mar del Norte.
La eólica es la tecnología renovable marina más madura, pero el gobierno escocés no olvida las otras. Cómo hemos visto, en las Orcadas hay proyectos piloto de energía de las mareas y de las olas. El 2016 el gobierno escocés invirtió 26 millones de euros, en el proyecto MeyGen, que tiene por objetivo instalar en el norte de Escocia hasta 269 turbinas de 16 metros de diámetro que producirán electricidad para 175.000 hogares. Es el primer proyecto de estas características en el mundo. Tienen previsto, también, usar grandes baterías para acumular la energía y gestionar la red de distribución. La gestión de la red también es un aspecto importante en un escenario 100% renovable, donde, gracias a las Orcadas, Escocia va consiguiendo un liderazgo muy importante. De hecho, estas islas son un lugar de visita obligada de empresas y gestores de todo el mundo, donde pueden obtener conocimiento, asesoramiento y servicios por parte de empresas escocesas.
A pesar de que Escocia está centrada, hoy por hoy, en la obtención de energía, también ha tenido iniciativas dirigidas a los ciudadanos y a los negocios. Del año 2010 hasta ahora se han instalado el equivalente de 360.000 placas solares anualmente, suficientes para 22.500 viviendas. También, cada año se construyen 180 molinos de viento pequeños para uso residencial y 730 estaciones hidráulicas comunitarias. Todas estas instalaciones están conectadas en la red de distribución general, de forma que los particulares pueden inyectar electricidad a la red y sólo pagar por el balance neto (la diferencia entre que lo han instalado y lo que han consumido). Por último, a pesar de que el gobierno escocés no ofrece ayudas directas para la compra de vehículos eléctricos, dispone de un programa de préstamos a interés cero. Los particulares pueden obtener importes de hasta 40.000 euros y las empresas hasta 110.000.
Escocia demuestra como un país pequeño (5,5 millones de habitantes) puede usar las energías renovables no tan solo para cubrir todas sus necesidades energéticas sin tener que importarla de terceros, sino hacer el motor central de la economía, exportar energía al exterior y valorar incluso qué puede hacer con su sobreabundancia y generar un conocimiento y nuevas empresas que la pueden situar en vanguardia mundial. Nuestro país no dispone de las mareas atlánticas ni de tanto viento, pero en cambio tenemos una gran abundancia de sol –en una latitud más indicada para explotarlo–, sin olvidar que tenemos lugares con viento y áreas adecuadas para la eólica marina. Escocia no es solamente un espejo político, también económico.
Enlace del artículo original en catalán:
https://www.vilaweb.cat/noticies/escocia-energies-renovables/
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