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 Ara. Miércoles, 18 de octubre del 2017.
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Opinión.
Luz de gas.
Natza Farré.
Han encarcelado a dos personas por un delito que no han cometido porque no han cometido ningún delito.
Foto: Luz de gas./Cèlia Atset.
Hace muchos años vi la película Gaslight, de George Cukor, basada en una obra de teatro que da nombre al fenómeno psicológico, lo que se conoce como «hacer luz de gas». En la película, el papel que hace Charles Boyer es el de un marido psicópata que tiene como objetivo hacer enloquecer a su esposa, Ingrid Bergman. Le da una información que la hace dudar de sus percepciones y de su memoria. El maltratador se dedica a desacreditar a la víctima, haciéndole creer que es ella la que se está equivocando. La confianza en el abusador genera la duda. Ingrid Bergman sufre muchísimo.
Que el mismo día que España aprisiona Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, España entre como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dice mucho del mundo en que vivimos. Dicen mucho, también, los países que forman parte de este Consejo y el mismo organismo internacional. Pero mientras nosotros escuchamos un ruido insoportable viendo cómo se hacen las cosas, el sistema nos está diciendo que no hay ningún ruido. Que son cosas nuestras. Que así se ha hecho siempre y que ha funcionado. Que nos hemos instalado en la ilusión de un mundo que en realidad es paralelo. Que el mundo que nosotros tenemos en mente es una fantasía y que no ha existido nunca ni nunca existirá. Hay para enloquecer. Pero lo hacemos todo para mantener la lucidez. El ruido lo escuchamos porque vemos como camina un gigante implacable por nuestras vidas. Los fascistas se pueden manifestar a hostias y los demócratas no pueden manifestarse en paz. Las políticas forestales son un desastre y como defensores de los derechos humanos no cambian una ley que abre el camino a la delincuencia y la especulación. El barco de la vergüenza se resiste a navegar y pagaremos nuestra propia represión indefinida. Nos atacan las escuelas por maldad e ignorancia. Es el reino del delirio. Pero mantenemos la lucidez porque estamos entrenados en la perplejidad. La proporcionalidad consiste en no tener que disimular la inexistente separación de poderes. La sedición es violencia contra coches de la policía. Dicen que quien la hace, en España, la paga. Y no tenemos suficiente páginas en la libreta para poner nombres y apellidos de quien la ha hecho y no la ha pagado. En su mentira todo es coherente. Pero no enloquecemos. Porque el ruido no nos lo inventamos. Digan lo que digan. No son de confianza.
Han encarcelado a dos personas por un delito que no han cometido porque no han cometido ningún delito. Tienen presos políticos porque es tradición. Hace días que aplican un artículo que dicen que aplicarán si no desistimos en este golpe de estado que ha destapado todas las vergüenzas que representa el poder. Sí que ha sido un golpe. De abuso de poder. Desde este punto de vista nunca se podrá entender la voluntad de la gente porque la gente tiene la voluntad impuesta. La gente está ahí para engañarla. Para manipularla. Como lo son los periodistas que les escriben su propia verdad. Son poderosos porque tienen cómplices. Reciben premios por el trabajo y admiraciones diversas. Son poderosos porque pueden. El viento sopla a favor. La gente se cansa de salir a la calle. Si vas en contra te despeinas. Mira la crisis. No se recuperará nunca lo que dimos a los bancos pero la gente lo ha aceptado ya que la gente no quiere problemas. Allí también les golpearon y funcionó. Y les quitaron las casas. En contra de la Constitución. Y les dieron la espalda hasta que ellos también miraron hacia otro lugar. Mira los cientos de casos de corrupción. Ya se han acostumbrado. La gente tiene suficiente. Aunque las cifras de paro digan, también, lo contrario. A quién le importa mientras haya puertas giratorias.
Todo se hace a pleno día pero todo se vuelve noche. La gente serena ha encendido velas para echar a la oscuridad. Viene de lejos. Insiste en quedarse. La demanda de serenidad se dispara. Se han ofrecido muchas veces al diálogo y nunca han hablado. No ha habido ningún referéndum pero nos han pegado por hacer un referéndum. El marido psicópata manipula la lámpara de gas. Por cada evidencia, una negación. Hay dos hombres libres en prisión. Queremos luz. Somos luz.
Enlace del artículo original en catalán:
https://www.ara.cat/opinio/Natza-Farre-Llum-gas_0_1890410980.html
