18 de Enero 2007. Nairobi, Kenia.
Sorprende la occidentalidad del centro de la ciudad.
Sólo el color de sus gentes revela que Nairobi no es
Europa
Después descubriríamos que existe
otro Nairobi, el de las gigantescas fabelas acorralando lujosos
campos de golf protegidos por vallas electrificadas que recordaban
a las prisiones de alta seguridad de las películas norteamericanas
El
olor de la miseria no se puede cercar
Paradojas inquietantes
pensé.
Elena Giorgianni, una cooperante italiana que nos acompaña,
ha trabajado cuatro meses en la zona, cálida y dicharachera,
nos cuenta que Kenia está considerado por las potencias
del primer mundo un país estratégico en la región.
Las agencias de la ONU y numerosos organismos multilaterales
tienen sus sedes africanas en Nairobi.
Después de pasar la mañana en el Keniata International
Conference Center resolviendo las diligencias de nuestras acreditaciones
para el Foro salimos de Nairobi buscando campo abierto. El mito
de África desertificada y árida se resquebraja
en Kenia.
En los lindes de las destartaladas carreteras hay pequeños
viveros cuajados de flores. Se siente que es una tierra muy
fértil, donde las semillas alcanzan rápida plenitud.
Sorprende la exhuberancia de su paisaje, el intenso verdor de
sus gigantescos árboles abovedando el cielo africano,
el púrpura brillante de sus majestuosas buganvillas
la
visión de una selva tropical semejante a las venezolanas,
colombianas o brasileñas
La tierra nos hermana.
Filmamos
los cafetales abandonados. Enormes extensiones de tierra
improductiva en un país donde
el 50% de la población vive en umbrales de extrema
pobreza.
El hundimiento de los precios del café provocado por el dumping salvaje que practican
las multinacionales agroalimentarias ha condenado a la ruina
a miles de pequeños productores. Ahora en Kenia se
cultiva té, un mar verde y amargo, y flores de espectacular
belleza pero los kenianos no beben té y dudo que
puedan permitirse el lujo de un ramillete de aromáticos
narcisos.
Constatamos que una vez más la soberanía alimentaria
ha quedado arrasada por un modelo de desarrollo al servicio
exclusivo del capital que ignora los principios fundacionales
de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
A
la mañana siguiente nos reunimos con Andrés Perelló,
diputado socialista y amigo entrañable.
Ha llegado con una delegación de parlamentarios de las
Cortes Valencianas, representantes de diversos partidos políticos:
PP, IU y PSOE. Acudirán al Foro Parlamentario Mundial que
se celebra esos días paralelamente al FSM. El huracán
que asoló Europa les ha brindado un viaje accidentado.
Están cansados y sin maletas. Almorzamos todos juntos en
su hotel. Los incidentes de su viaje se transforman en humor y
anécdotas. Andrés nos cuenta con su habitual gracejo
que después de treinta años de militancia pensó
en que iba a morir en el aeropuerto de Ámsterdam (es la
ruta que la compañía aérea KLM utiliza para
llegar a Nairobi) sin haber disfrutado de Kenia, del sueño
africano. Durante la sobremesa conocemos a Lhesan, nuestro guía
keniano.
Lhesan
es un Masai inmenso cuya espectacular
sonrisa compite en grandeza con su corpulencia.
Lhesan significa lluvia en suahili, la lengua oficial
de Kenia, y realmente ha sido como agua bendita
para su familia. Único varón entre seis hermanas
nos relata la historia de su vida. Mucho antes de
que Kenia y sus exóticos safaris se pusieran de moda
en las rutas turísticas de las agencias de viajes y
antes incluso de que las ONGS desplegaran su acción
humanitaria en la zona, unos españoles viajaron al
poblado Masai donde Lhesan nació y pasó su infancia.
Se encandilaron con aquel niño de sonrisa infinita
y ejercieron un apadrinamiento directo.
Le costearon sus estudios de secundaria y la universidad en
Nairobi, después lo acogieron en Barcelona para que
ampliase sus conocimientos y aprendiera español.
Es
vivo y sagaz como una rapaz pero también tranquilo
y hermoso como una de esas jirafas a contraluz de un atardecer
delirantemente bello sobre la sabana africana que tenemos
la suerte de filmar en el Nairobi National Park. Lhesan
se gana bien la vida como guía turístico
de grupos españoles y latinos.
Costea los estudios de tres de sus hermanas.
Ellas también tendrán la oportunidad de
una vida
mejor gracias a Lhesan y a la solidaridad de unos
españoles errantes que cambiaron hace muchos
años el destino de un niño Masai. Lhesan
es el exponente meridiano de que la educación es
la mejor herramienta para luchar contra la pobreza en
el mundo. El ha sabido mantener el equilibrio.
No reniega de su identidad tribal, ni de sus costumbres
y espiritualidad. Le encanta regresar a su poblado y pasar
largas temporadas con su familia siendo un auténtico
guerrero Masai, libre en la intensa cosmogonía
de la naturaleza africana.
19
de Enero 2007. Nairobi, Kenia.
El
Foro Mundial de Pescadores ha celebrado unas jornadas
de encuentro con pescadores artesanales
de distintos países de la región: Tanzania,
Senegal, El Chad, Congo, Burkina Faso
. Nos reunimos
con ellos, Pedro Avendaño y Mario Ahumada (director
y secretario técnico del Foro) han visitado con
los pescadores los alrededores del lago Victoria.
El descarnado escenario de la espléndida película
documental LA PESADILLA DE DARWIN. Cuando se introdujo
masivamente la Perca del Nilo en el lago con vistas al
negocio de la exportación a los países del
este se produjo una catástrofe humanitaria en la
zona. Las percas devoraron las especies autóctonas
que tradicionalmente alimentaban a las comunidades de
pescadores artesanales del lago. Como dice el profesor
Pedro Arrojo (Nueva Cultura del Agua) tras morir
el pez comienza a morir el hombre.
Una intérprete argentina, Eugenia Mahiques y un
joven traductor español, Juan Pablo Ramos, facilitan
el encuentro. Forman parte de Babels, red internacional
de intérpretes y traductores voluntariosque cubre
las necesidades en interpretación de los Foros
Sociales. Entrevistamos a ambos.
Es patente su militancia y su contribución al fortalecimiento
de los movimientos sociales. Ellos hacen posible que podamos
entendernos
que un africano pueda expresarse en su
lengua materna
y su mensaje llegué intacto a nuestros corazones.
EL
FORO SOCIAL MUNDIAL.
20 de Enero 2007.
Todos
los Foros Sociales Mundiales arrancan con
una marcha por la Paz y la Justicia Social. Es una mañana
luminosa de enero en Nairobi. El itinerario se inicia en
Kibera la mayor fabela de África. En estas chabolas
malviven más de 800.000 personas.
Las organizaciones africanas ya están allí
congregadas para liderar la manifestación. Se suele
decir que África es un continente sin remedio del
que han huido el futuro y la esperanza pero no es cierto.
Podemos constatar que existe una sociedad civil articulada
y comprometida y el vigor de sus movimientos sociales de
base.
Me sorprende la abundancia de mujeres y niños.
Madres que en sus espaldas enrollan en pañuelos
multicolores a sus bebés acompañan la marcha.
Mujeres orgullosas de su raza al frente de la movilización,
exhibiendo sus camisetas verde esperanza donde puede leerse
Another World is Possible, y niños de ojos inmensos
y tristezas infinitas que te hablan de sus tragedias desde
un silencio muy hondo. Niños esclavos, niños
soldados, víctimas de explotación sexual y
violencia, niños mutilados y abandonados. África
es un continente de huérfanos
.
Lo sabe bien el Dr. Vittorio Torres, pediatra
de Médicos Sin Fronteras que dirige un hospital de
niños huérfanos y enfermos de sida en una
localidad rural cercana a Nairobi. Heredaron de sus padres
muertos la enfermedad
una penosa muerte en vida.
La
marcha es siempre para nosotros el momento
de mayor plenitud de los Foros, el de mayor intensidad emocional.
Entre miles de personas, sintiendo el flujo de una energía
benigna y colectiva. Formando parte de un movimiento fuerte
y luminoso que quiere cambiar el mundo. Recordé las
palabras del obispo brasileño Dom Demetrio Valentini
al abrir el Foro Mundial de las Migraciones de Rivas Vacía
Madrid La utopía es urgente y necesaria.
En
esta marcha, bajo un sol abrasador, retratando a las mujeres
y los niños africanos me di cuenta de que ellos son
las verdaderas flores de África.
El Foro se celebraba en el Moi International Sports Complex,
un inmenso polideportivo a quince kilómetros del centro
de Nairobi, una especie de villa olímpica africana.
El lugar era perfecto para albergar a los 66.000 participantes
inscritos en el evento. En las carpas blancas extendidas en
los alrededores y en el gigantesco estadio se desarrollaban
las múltiples conferencias, seminarios, talleres,
encuentros, jornadas temáticas que desgranan
y enfrentan los grandes desafíos de nuestro tiempo:
la pobreza y el hambre, los derechos humanos, los recursos
naturales, la salud, la educación, las migraciones,
la dimensión de género, los problemas de la
infancia, el cambio climático, la ciencia y la tecnología
al servicio de la ética y el desarrollo, la democracia,
la paz
y tantos otros temas que se me quedan en el tintero.
Por ejemplo, la moneda telemática, la utopía
(nuevamente) de un economista
catalan visionario, Agustí Chalaux de Subirà.
Vimos un entrañable documental del Centre dEstudis
Joan Bardina sobre su vida. Chalaux afirmaba que el amor en
términos económicos genera la mayor plusvalía.
Me conmovió está reflexión y su profundidad
científica.
Un Foro es un hervidero de conocimiento e intercambio de ideas
y experiencias, pero sobre todo es un estallido de humanidad
en todas sus razas y expresiones.
En
el Foro de Nairobi el ambiente era vibrante, colorido, alegre
Música
en cada esquina, danzas africanas al ritmo del son ancestral
de la percusión negra.
23 de enero 2007.
El
día 23 de enero presentábamos nuestra actividad
como organización, el CERAI (Centro de Estudios
Rurales y de Agricultura Internacional), capitaneado por su Presidente,
Vicent Garcés, estrenaba en el Foro de Nairobi nuestra
serie LOS LATIDOS DE LA TIERRA. Proyectamos tres capítulos
a un público de compañeros y amigos. Algunos de
nuestros protagonistas: Alberto Broch, Pedro Avendaño,
Mario Ahumada, Andrés Perelló nos arropaban con
su cálida presencia.
Al finalizar la proyección se abrió el debate. Una
espectadora vasca rompió el hielo. Dijo que necesitaba
expresar sus emociones después de haber visto las películas
que
suavemente le habían
calado muy hondo
habló de espiritualidad y del alma
de nuestro planeta
Escucharla, fue como
una semilla fértil que daba sentido y raíces a nuestro
trabajo. Descubrí que dos campesinas de Lesotho estaban
en la sala. Habían venido a ver el documental GEA, LA DIOSA
MADRE, a conocer
a sus hermanas, campesinas pobres e indígenas de América
Latina Compartían su misma lucha.
El encuentro con estas mujeres será siempre una pequeña
joya brillando en mi memoria.
Nairobi ha sido el foro de los niños
Estaban en todas
partes creando una atmósfera de cascabeles
y música. A veces sugerían una tristísima
melodía que parecía llegar de las profundidades
de la tierra.
Pudimos verlo en Korogocho, un slum de la periferia a 20 minutos
caminando desde el Foro por vericuetos de tierra socavada donde
habitan más de 120.000 personas. Una ONG keniana, de
muchachos que consiguieron salir del suburbio y educarse, trabaja
ahora en el poblado dignificando
su escuela y las condiciones alimentarias de los niños.
Nos guían en este viaje que para mi ya no
tendrá retorno.
Korogocho
se alza sobre un vertedero espeluznante, el olor a putrefacción
nos alcanza un kilómetro antes de penetrar en sus
calles. Las aguas fecales y los basureros delimitan el barrio.
Tanta miseria concentrada en tan poco infierno. Pienso en
lo que no vemos
los enfermos, los ancianos
los
mas desheredados de este averno. Porque lo que si vemos
es un festival de niños que entonan a nuestro paso
una sinfonía de bienvenida.
How are you? how are you? preguntan al unísono mientras
siguen el rastro de la cámara como si de un flautista
de Hamelin se tratara. Es prodigiosa en medio de este estercolero
la pulcritud de sus peinados y de sus uniformes de colegio.
La escuela no tiene luz y las aulas son cubículos
de cuatro metros cuadrados.
Evidentemente no hay agua pero hay niños, muchos
niños con derecho a una vida mejor. Por treseuros
al mes podemos garantizar su educación hastalos dieciséis
años. A quien pueda interesarle estas son las coordenadas:
POBOX 268 KAPSABET. NANDI DISTRICT. KENYA.
Korogocho es un brutal y demoledor ejemplo de la miseria
que el modelo de desarrollo actual, salvaje y deshumanizado,
ha provocado. Nuestro propio retrato monstruoso. El cuadro
maldito de Dorian Gray de nuestra civilización.
Los campesinos expulsados de su medio de vida engrosan los
cinturones de pobreza de las grandes ciudades. Puedo apostar
que hay ratas que viven con mayor opulencia en las alcantarillas
de nuestro primer mundo.
A
las cabañas bajé y a los palacios subí
decía El
Marqués de Santillana. Esa misma noche el embajador
español en Kenia, Nicolás Martín Cinto,
tuvo la gentileza de invitar a un ágape en su residencia
a las delegaciones parlamentarias y a las ONGS que estábamos
participando en el Foro. Pronto se abrirá una Oficina
Técnica de Cooperación española en
Nairobi. Una buena noticia para las organizaciones que trabajan
en la zona y para impulsar el Plan África con el
que nuestro Gobierno se ha comprometido en esta legislatura.
Fue una velada de encuentros
Carlos Marcilla, un sacerdote
de la orden de la Anunciata, nos cuenta a Helena Berruezo,
Félix Taberna (parlamentarios navarros) y a mi su
trayectoria como misionero durante 12 años en Sudán
y El Congo. Vio la muerte muy de cerca en sucesivas ocasiones
pero nunca abandonó su puesto.
Muchas veces se olvida que existe otra iglesia
La de
la Liberación y los misioneros que están junto
a los pobres, los enfermos, los excluidos
La labor
que estos hombres y mujeres desarrollan en los continentes
olvidados, practicando el verdadero evangelio de Cristo,
es digna de respeto y admiración.
KARATU.
En el precioso jardín de nuestro suelo patrio en Nairobi,
bajo estrellas que titilaban como si recitasen a Neruda, se fraguó
la segunda parte de nuestro viaje y de está crónica.
Miguel Angel Fernández (coordinador de la secretaría
federal de movimientos sociales y relaciones con ONG del PSOE),
Pedro Zerolo y Pilar Estébanez (concejales del Ayuntamiento
de Madrid) iban a visitar Karatu, una zona rural de Tanzania donde
Médicos del Mundo desarrolla programas de prevención,
diagnóstico y tratamiento del sida, el VIH, uno de los
jinetes del Apocalipsis africano. Sin dudarlo, Vicent Garcés
(nuestro director de contenidos de la serie) y yo nos enrolamos
en la expedición.
Dicen que en la carretera, haciendo ruta, respirando paisajes
y nubes, es cuando realmente conoces
a las personas y te hermanas con ellas. Kilómetros y kilómetros
por destartaladas carreteras, sintiendo que el tiempo se diluía
en sentimientos y horizontes, los ocupantes de un viejo Land Rover
supimos que habíamos conquistado el territorio de la amistad.
Pinchamos dos veces las ruedas del Jepp que nos trasladaba a nuestro
destino. Road movie de emociones
Mientras
Edwards, nuestro entrañable y eficaz cicerone solucionaba
las contingencias automovilísticas, aparecían niños
en las cunetas. Eran invisibles y de repente asomaban de
entre las sombras de una majestuosa acacia estratégicamente
aislada en la inmensidad de la sabana.
En el segundo pinchazo, tres niñas salieron a nuestro encuentro,
las más pequeñas lucían una sonrisa
limpia y soleada pero la mayor, ya adolescente, nos invadió
con una mirada inquietante que transmitía un dolor ancestral
y oscuro, una pena que anticipaba negras tormentas. Y así
fue
se abrieron los cielos y un diluvio profundo descargó
sus aguas sobre la tierra africana. Duró instantes que
parecieron agujeros negros en el tiempo y después un sol
dorado que recordaba al Dios Hermes en su carro de fuego, alumbró
las altas y sagradas cumbres del monte Kilimanjaro.
Karatu
es un paraíso y un laberinto de los sentidos. Pilar
que durante muchos años trabajó en la región
como médico cooperante, nos transmite y contagia
que éste será uno de nuestros imprescindibles
lugares en el mundo. Nunca olvidaremos Karatu
. por
múltiples razones
.
Temprano, a la mañana siguiente de nuestra llegada,
visitamos el centro de Médicos Mundo en esta localidad
rural. Conocemos a Manuel Galán (coordinador de área)
y a Inés Zamanillo (médico cooperante) que
llevan a cabo un programa de lucha contra el sida, insertado
en el sistema sanitario de Tanzania. Nos hablan de su trabajo
pero también de sus experiencias personales, de cómo
África ha cambiado su visión del mundo y el
sentido de sus existencias.
Han aprendido suahili y se han integrado
plenamente en la vida de su comunidad. Desarrollan actividades
culturales con muchachos voluntarios y han creado un centro
de acogida de huérfanos portadores de la enfermedad.
En los parterres de su casa, crecen exuberantes flores silvestres
siempre flores en nuestro camino. Pienso que Inés
es como uno de esos lirios radiantemente amarillos que abren
sus pétalos al atardecer africano.
Manuel es un árbol de raíces profundas. Ellos
son los verdaderos artífices de la utopía.
Aprovechando la proximidad, también entrevistamos
a nuestros compañeros de viaje. Pedro nos habla del
sentido de los Foros Sociales, de su importancia, su indudable
vigencia y de la necesidad de que los partidos políticos
y los gobiernos se impregnen de sus mensajes y su espíritu.
Pedro practica un socialismo emocional, de piel y cariño.
Pilar
hace magia con precisión de cirujana
es un
auténtico torrente cuando habla de África
La
salud ha sido la mayor catástrofe humanitaria del
continente. Nos explica la lucha sin cuartel que han
mantenido por conseguir genéricos de los retrovirales
y devolverle la esperanza a una población diezmada
por el virus. De Miguel Ángel Fernández sólo
puedo decir que ha sido un excelente productor y un extraordinario
cómplice de viaje. Compartimos secretos africanos
y momentos inolvidables.
Visitamos el Ngorongoro, onomatopeya que significa el tolon-tolon
de los cencerros que los Masais colocan a sus ganados. Es
un parque natural de deliciosa e inconmensurable belleza.
El broche final de nuestro viaje
penetrando en un mundo
perdido donde el corazón de la tierra late con misteriosa
fortaleza. La Tamaduni (madre tierra en suahili)
nos envuelve, somos parte de su energía milenaria
entre elefantes majestuosos, leones adormilados, cebras
juguetonas y una orquesta de hipopótamos que lanzando
sus surtidores acuáticos al aire nos dan la bienvenida.
Nakupenda significa querer apasionadamente.
Amar... Nakupenda África
Entre las praderas
de este cráter cósmico que nos devuelve a
la esencia de la vida podemos sentir profundamente que un
mundo mejor es posible y necesario.
4 febrero 2007.
Sonia Llera.
Vicent Garcés.
marnilu.audiovisuales@gmail.com
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