Diari de Vilanova. Miércoles, 30 de agosto de 2017. Des del Campanar.
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¿Qué queremos ser?
Jordi Griera.
No sabemos si en octubre veremos el nacimiento de un nuevo país, pero lo que es seguro es que este será un país nuevo, diferente. Pero ¿quiénes somos y de dónde venimos?
Vilanova era Adarró, una cultura ibérica incorporada un día al imperio romano. Se dice que el catalán viene del latín, pero la profesora Carmen Jiménez Huertas ha mostrado que tal cosa es científicamente imposible. Dice «si el catalán no ha cambiado mucho en el milenio desde las Homilías de Organyà, ¿por qué debería haber cambiado tanto en los mil años anteriores?». Profundas consideraciones gramaticales la llevan a decir que la lengua de los habitantes de Adarró, como de toda nuestra costa, era un catalán que hoy podríamos reconocer.
El alfabeto íbero era muy parecido al bereber-libio del Magreb. El sonido favorito de los íberos, y, es lo que nos dio el nombre: bere-beres allí, í-beros aquí. Nos identificamos con la «i», soy vilanoví (vilanovino), barceloní (barcelonés), nos encantan los nombres en i: Jordi, Núria la hacemos Nuri, y así.
La llegada de los romanos al País de los Iberos sustituyó el alfabeto, pero no el habla local de cada rincón del imperio. Sólo unos pocos oficiales conocían la lengua del senado romano para hacer los informes, no era una lengua empleada fuera del Lacio. En la Edad Media sólo los clérigos sabían latín por la Iglesia. Era como el inglés hoy, que lo sabe el que lo necesita, pero no ha sustituido las lenguas locales. Resumiendo: el catalán, las románicas, son tan antiguas como el latín, y en Vilanova/Adarró se habla el catalán/íbero desde hace 2500 años.
El Dr. Josef Meulemans, neurólogo belga, descubrió que en el hemisferio derecho del cerebro hay un punto, ahora conocido como «punto Meulemans», simétrico al llamado «punto Broca» del hemisferio izquierdo, que corresponde a un «centro de memoria» lingüístico. Su estimulación permite aprender lenguas de una manera holística y es la base de la Endolinguística. La bondad de la teoría la ha demostrado su hija Christiane Elias, que habla 44 idiomas. ¡Y ahora viene la traca! Según el Dr. Meulemans, la lengua catalana es «pivotal» entre las lenguas mediterráneas; cuando uno aprende primero el catalán es más fácil aprender francés, italiano, español, etc. La verdad es que la experiencia dice que los catalanes tenemos más facilidad para aprender idiomas que los países vecinos.
El político vasco Xabier Arzallus nos decía poco antes de los Juegos Olímpicos que «los vascos somos una raza, en cambio los catalanes sois una cultura». Esto explicaría que las repetidas oleadas migratorias se convierten en catalanas; ¡esta cultura se contagia mucho! ¿De qué está hecha? De tres principios que aquí son más sagrados que en otras tierras: hacer el trabajo, respeto y libertad. La lengua destila la esencia de la cultura y el respeto catalán lo vemos en expresiones como «parlem-ne», que es intraducible al castellano, mientras aquí no sabríamos como decir «va a ser que no».
Numancia, Sagunto... los íberos eran famosos por no tener miedo en la defensa de su libertad. De los catalanes medievales recordamos la guerra de los Remensas, nuestra «Revolución Francesa» tres siglos antes que la de París. En el siglo XX inventamos el anarquismo. Hay una trayectoria de libertad y respeto en esta cultura, que el día 11 saldrá a la calle una vez más.
Los íberos del siglo 21 quieren votar como debe ser su país. La vida es demasiado corta para no hacer lo que te apetece. Veremos qué pasa... Me viene a la cabeza lo que me dijo, con sorna, un anónimo patricio sevillano: «Desde que el mundo es mundo los amos hemos utilizado a los esclavos fieles para retener a los que luchan por su libertad».
Mapa ©PROEL, Madrid, de todos los yacimientos donde se han encontrado inscripciones en ibero; habla solo.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.ddc.cat/post/Jordi-Griera/Que-volem-ser/272