Diari de Vilanova. Viernes, 14 de julio de 2017. Des del Campanar.
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Neofeudalismo.
Jordi Griera.
La semana pasada la plaza de las Neus vivió una jornada de consenso alrededor del proyectado referéndum de autodeterminación, pero me pregunto si todo el mundo es consciente de la realidad política subyacente, la de verdad.
Dicen que en el siglo IX se consolidó el feudalismo: en aquel tiempo el poder lo ostentaban los nobles y los señores feudales, el resto eran clérigos o siervos.
- Los señores y los nobles, uno de ellos convertido rey, intocable, lo poseían todo y permitían a los agricultores que cultivaran sus tierras. Su riqueza provenía de la figura legal del vasallaje, por la que se quedaban una parte sustancial del trabajo del pueblo. Sólo el rey y algunos nobles tenían el privilegio de acuñar dinero.
- El clero obtenía su poder de los acuerdos con los nobles, donde sus activos negociadores eran el miedo a las excomuniones y los mensajes de «resignación cristiana» para evitar la revolución de los campesinos; que no quiere decir que no hubiera clérigos de buena fe.
- Los siervos hacían el trabajo de los clérigos y de los nobles, que los protegían. Su preocupación era que las cosechas fueran buenas, para poder comer y pagar los tributos, con el temor a la invasión de los moros y los barcos piratas que venían de levante.
Por suerte, tal día como hoy hace 228 años, se produjo la Revolución Francesa.
Eugène Delacroix. «La liberté guidant le peuple» («La libertad guiando al pueblo»).
Este año una persona puede ser banquero, político o ciudadanía.
- Los banqueros, que han creado su Banco Central, intocable, van camino de poseerlo todo. Directamente o vía fondos de inversión y créditos controlan las empresas. Sólo ellos tienen el privilegio de crear dinero endeudando la sociedad. Se enriquecen ulteriormente gracias a la figura legal del interés.
- Los políticos obtienen su poder de los préstamos y acuerdos bajo la mesa con los banqueros, negociación en la que su principal activo es el seguimiento popular que puedan tener y su habilidad para controlar una revolución de las masas.
- La ciudadanía trabaja para mantener a los banqueros y los políticos armados con la policía y el ejército, que la protegen. Su preocupación es tener trabajo para comer y pagar la hipoteca o el alquiler, mientras está preocupada por la invasión de los moros y los de más allá, la competencia que viene de oriente y los piratas informáticos.
Volvemos a la plaza de las Neus: No había banqueros, ni políticos con poder real para cambiar nada. Éramos todos «ciudadanía», agrupados bajo una multitud de etiquetas. Un rápido vistazo a los programas de las fuerzas políticas que estaban presentes, evidencia que la mayoría defienden ya sea el neoconservadurismo, el neoliberalismo o lo que podríamos llamar neosocialismo, la socialdemocracia light actual. Todo marcas comerciales de la misma bebida azucarada: el neofeudalismo.
¿Quien se interesa por los desmesurados privilegios de la banca y de la alta clase política? ¿Qué nos están diciendo los partidos que no lo hacen y desvían la atención hacia otros temas? Este problema que nos une debería pesar más que las diferencias que justifican tantos partidos. No es necesario que nos enfademos ni hagamos ninguna revolución, con poner educadamente, pero insistentemente, el tema sobre la mesa bastaría para mostrar que queremos ser libres de verdad.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.ddc.cat/post/Jordi-Griera/Neofeudalisme/265