Diari de Vilanova. Miércoles, 27 de abril de 2016. Des del campanar.
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El gigantismo del Estado.
Jordi Griera.
Parece inamovible que hay dos corrientes de opinión sobre el estado propio, el factor independentista y el factor social. Pero unos y otros se podrían poner bien de acuerdo si miraran un tercer factor: la hipertrofia del Estado español.
Este es el peso relativo de cada uno de los cuatro gobiernos que tenemos encima los de Vilanova. Haciendo un sencillo ejercicio de dividir sus presupuestos, en millones de euros, para la población que atienden resulta el cuadro siguiente:
La división del presupuesto del Gobierno Central del Estado en dos partidas obedece a dos criterios: primero que las personas normales, como usted y yo, queremos que la gente mayor cobre su pensión y viva bien, y también que quien no tenga trabajo reciba suficiente dinero para sacar adelante la familia. Por eso he separado el presupuesto de la Seguridad Social del del Estado, considerando que es un dinero que ya nos devuelven. También he descargado del Gobierno Central de los importes que transfiere a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, para evitar duplicaciones de la carga que soportamos. El gráfico adjunto deja las cosas bastante claras.
A usted le podrá parecer extraño que le diga que el costo que está pagando para ser administrado, en el conjunto de las cuatro estructuras actuales del Estado, sea de 9.590 euros cada año, que son unos 800 euros al mes, sin contar la Seguridad Social, pensiones, desempleo, etc. Posiblemente me diga que no los está pagando, pero se equivocará, porque sí los paga: Cuando usted trabaja en una empresa y el sueldo lo encuentra demasiado bajo, es porque la empresa tiene que pagar unos impuestos bastante altos y por lo tanto no le puede pagar más a usted por el trabajo que hace. Es usted quien paga los impuestos de la empresa, al igual que paga todos los impuestos de los que sí se da cuenta y, una vez cree que el dinero finalmente es suyo, se encontrará que cada cosa que compre llevará un IVA que paga un impuesto de circulación por el vehículo, y sin pagar peajes (que incluyen más impuestos) y pagará la gasolina varias veces su precio real, etc. etc. ¡Y tanto si lo paga!
Lo que tenemos que hacer todos es preguntarnos si es lógico que paguemos tanto por las exiguas prestaciones que recibimos, especialmente las del Gobierno Central, si consideramos que la mayoría de las prestaciones importantes para el día a día la ciudadanía las recibe del ayuntamiento y la Generalitat.
Pero la gran oportunidad la tenemos delante: La construcción del nuevo Estado catalán se está haciendo sin dinero, por lo tanto ya nacerá más delgado como la mayoría quisiéramos para todos los estados, y, siendo nuevo, debería ser imperativo evitar que cayera en el gigantismo, el despilfarro y la hipertrofia inútil y asfixiante del Estado español, que parece evidente que es imposible de arreglar. El Estado catalán no tiene por qué reproducir todos los gastos del Gobierno Central, al contrario. La inercia de un gobierno tan grande y opaco como aquél no se puede girar ni con acuerdos de toda la izquierda ni siquiera con el consenso unánime del Congreso de Diputados en pleno. Tiene vida propia y lo único que uno puede hacer es irse a otra parte donde el estado sea más ligero en los hombros de todos.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.ddc.cat/post/Jordi-Griera/El-gegantisme-de-lEstat/204