Es el título de una muy recomendable novela de ciencia ficción de Isaac Asimov, pero también la de una inquietud que despierta el proceso catalán.
Cuando los representantes de un pueblo buscan apoyos por doquier, para conseguir algún beneficio en favor de sus representados, puede darse el caso de que deban ofrecer alguna o algunas contrapartidas importantes.
Es aquí cuando podemos ver dos ejemplos diferentes de cómo los representantes de un estado resuelven de forma diferente las contrapartidas que deben ofrecer a otro.
En el Tratado de Utrech, firmado entre marzo y abril de 1713, la corona de Castilla cedió a perpetuidad la soberanía de Gibraltar al Reino Unido a cambio, entre otras concesiones, del cese de las hostilidades, el abandono del apoyo británico a los catalanes, y el reconocimiento de la monarquía del reino hispánico a favor de Felipe de Anjou.
En el año 1898, en China, la débil dinastía Qing firmó un tratado con el Reino Unido por el que los chinos cedían la soberanía de Honk Kong por un período de 100 años. El 1 de julio de 1997 todos los territorios que dependían administrativamente de Honk Kong fueron devueltos a la República Popular de China.
En el primer caso, la colonia británica de Gibraltar ha continuado perteneciendo al Reino Unido, mientras que en el segundo caso, la colonia británica de Honk Kong fue recuperada por la China.
¿Qué es lo que cambia entre los dos tratados? El factor tiempo.
Los negociadores castellanos y franceses de Felipe de Anjou quizás pensaban que, en un posterior enfrentamiento, podrían resarcirse de sus posesiones perdidas. Debían pensar solamente en una futura recuperación mediante la violencia. La ocasión finalmente no se produjo y Gibraltar continuó siendo británica.
En cambio, los negociadores chinos se dieron cuenta que ceder sus posesiones por un periodo largo, pero limitado, sería aceptado por los negociadores británicos, debido a que éstos sabían que ni ellos ni sus descendientes directos no llegarían a vivir el fin de aquella concesión. Pero llegó el día en el que, sin disparar ni un solo tiro, los descendientes de aquellos chinos vieron recuperados estos territorios.
Es en este sentido que cualquier pueblo que tenga necesidad de apoyo externo debe tener en cuenta el factor cronológico.
Aunque, fruto de una situación de necesidad, puedan llegar a producirse concesiones escandalosas a juicio de sus habitantes, un pueblo debe asegurarse de que sus representantes no cedan a perpetuidad ninguna concesión abusiva, sino que la limiten en el tiempo, aunque sea un tiempo largo, para que las futuras generaciones de este pueblo puedan recuperar lo que las anteriores perdieron.
Según la Matemática de la Historia de Alexandre Deulofeu, y de su continuador, Juli Gutièrrez Deulofeu, los diferentes pueblos de América Latina que se separaron de la corona hispánica vivieron una época de independencia relativa. Después de este lapso temporal, alcanzaron una mayor independencia, que Deulofeu llama absoluta. Es lo que puede pasar a otros pueblos que, en un futuro, alcancen la categoría de estados independientes y será, en parte, debido a la limitación temporal de sus concesiones.
Brauli Tamarit Tamarit.
Fecha de creación: Sábado, 1 de octubre de 2016.
Última modificación: Miércoles, 5 de octubre del 2016.