Penedès Econòmic. Abril de 2019. Página 10.
Voy a plasma, vuelvo y plasmo.
Dolors Marín Tuyà. Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Plasma tanto puede ser la parte líquida e incolora de la sangre, como la materia a temperaturas muy altas que tiene propiedades diferentes de las de los sólidos, líquidos y gases. Plasmamos cuando damos forma a cosas o damos forma concreta a ideas abstractas.
En el Globalium de Xirinacs, Plasma es la semilla radical, origen y fin replegado de todo. Contiene toda esencia, toda conciencia y toda felicidad. Es la realidad primera de la cual se hace todo, espiritual y material, abstracto y concreto, profundo y aparente. Es la sustancia básica de todo aquello que somos. Es la semilla original de todo desarrollo mundano.
Plasma es el reinado de la sutilidad, basada en el silencio, la atención, la contemplación y experimentación afinadas de la realidad. Si del mundo físico sale un quantum de luz, el mundo psíquico forma un quantum de pasión, pues el entusiasmo y la ira nacen de un aparente e insignificante movimiento vivencial que turba nuestra estabilidad y serenidad interior micropsíquica. El mundo místico fundamenta un quantum de confianza elemental, en medio de la inseguridad general. El mundo lógico forma un quantum lógico, un deslizamiento entre el sí de una cosa y su no. El mundo estético genera un quantum glorioso. Del mundo de las ideas viene el primer principio, el porqué elemental. De hecho en cada pensamiento lúcido estalla el quantum de un «¡Ah, sí!» o «¡Era esto!». El mundo mítico da un quantum de providencia; siempre y en cada momento hay una madre que no nos deja caer. Toda semilla tiene un útero materno, ¡soy feliz! Plasma es realidad siempre sorprendente por original y final. Según el origen. Según el fin. Sin esto, el resto, el gran despliegue es vanidad de vanidades y todo vanidad, mundanidad sin fundamento. Todo nace del origen. Todo vuelve a su origen. Todo vive de lo original.
Solo nos hace falta atender nuestra luz interior y experimentar esta realidad radical en toda su simplicidad y después plasmarla mientras recorremos las diferentes vías del mundo. Es una práctica misteriosa para recuperar la espontaneidad primordial perdida después de un largo proceso de civilización, a redescubrir la sabiduría natural que nos reanima inconscientemente, la armonía de los ritmos cósmicos. Para hacerlo no nos hace falta ni esfuerzo, ni voluntad, ni técnica, ni conocimiento metafísico ni tampoco contemplación mística.
Dolors Marín Tuyà.
Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.