Penedès Econòmic. Abril de 2020.
Hablar alto y claro.
Dolors Marín Tuyà. Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Los profetas nos avisan de lo que puede pasar, de qué está pasando, de qué ha pasado en la naturaleza y en la sociedad. Hablan alto y claro. En términos filosóficos, lo profético viene de lo natural y espiritual. Cuerpo, estructuras, organismos, organización se generan desde el espíritu.
Si en la química observamos constancia y sostenibilidad en los objetos, no así en la sociedad. Hemos intentado hacer sociedades matriarcales, patriarcales, monarquías, repúblicas, cooperativas... y todas van cayendo. No se aguantan, todavía. Es posible que fallen por qué las construyamos desde la parte fenoménica del ahora y aquí obviando el fundamento trascendente y metafísico de toda creación orgánica en el mundo. Dice Xirinacs que cuando lo conseguimos, la sociedad será estable como por ejemplo lo es la química.
Las dolencias vienen de cosas superiores sin resolver. La ciencia olvida que los seres fundados y los cuerpos naturales vienen del alma universal, y no vienen de la ciencia ni de la técnica. Nacen como de un tronco. Un árbol o una rosa nacen de naturaleza, naixere, natus, national, nacional todo lo que nace empujado por el espíritu. De cara afuera, objetivamente son el regalo que nos hace el alma universal. Y esto es la profecía. Ver las cosas tal como nacen, accionan o reaccionan de acuerdo con el espíritu universal.
Los ecologistas son profetas, nos avisan que estamos ensuciando el planeta y lo hacen en nombre del alma universal por ejemplo de los efectos de la contaminación de un exceso de chatarra. La ecología es una forma concreta de profecía.
Hay profetas de buenos agüeros y profetas de malos agüeros. Los profetas dan un inmenso miedo a la Iglesia y el Estado. Han sido perseguidos y muertos. Y por eso mucha gente se ahorra de serlo por el miedo que la maten. En realidad un auténtico profeta no se da cuenta que lo es, actúa como un sonámbulo llevado por el espíritu. Ni él se da cuenta de lo que predica, le empuja el alma universal. Los niños son profetas mientras que no están mentalmente demasiado manipulados. Todos podemos funcionar como un profeta para los otros. El drama es cuando los pueblos no tienen profetas o no los reconoce e ignora.
Cuando el espíritu se objetiva pasa a objeto. No basta con ser profeta, para llevar a cabo las profecías se tiene que ser competente y hace falta compromiso con el mundo.
Dolors Marín Tuyà.
Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Enlace al artículo original en catalán:
https://penedeseconomic.com/opinio/dolors-marin-tuya/1431-parlar-alt-i-clar