El Punt Avui+. Domingo, 13 de Mayo del 2018. 2 horas.
Punt de vista. Opinió. Tribuna.
Globalismo.
Dolors Marin Tuyà. Psicóloga.
«Globalizar es tomar decisiones conjuntas prestando atención en el interés de los demás».
El globalismo es una propuesta universal de Lluís Maria Xirinacs sobre un nuevo modelo de sociedad globalizada. Trata la comunidad humana en la diversidad, a partir de un modelo mental global donde cada parte y cada relación es singular y fiel a sí misma, en estricta igualdad de trato en el conjunto global, iguales en derechos y singulares en calidad. El globalismo, a diferencia del fenómeno de la globalización, no masifica, ni uniformiza, ni homogeneiza, ni aplasta. Aprender a globalizar sirve para colaborar entre diferentes ejerciendo la diferencia. Saber compaginar competencia y colaboración, dejando de bonificar el perpetuo conflicto, y potenciar el consenso de decisiones que afectan a la comunidad humana en general.
Globalizar es tomar decisiones conjuntas prestando atención a los intereses de los otros, distintos de los nuestros; es un arte bellísimo, integrador, inteligente, pero difícil. Nos han educado según un espíritu analítico: la parte antes de que el todo. Pero hay que complementarla con la vía contraria: utilizar todo antes que la parte. Antes el interés público que el interés privado.
Cuando las personas son educadas siguiendo un modelo global suficientemente amplio y bien conjugado, no se dividen ni se enfrentan tanto. Un buen modelo filosófico global, abierto y riguroso, provisional pero pactado entre todos y adaptado a la realidad, es una buena terapia individual para superar contradicciones internas y una buena terapia social para evitar violencias. Sin renunciar a lo que se cree, hay que captar y procesar las creencias y convicciones de los demás en su especificidad, así como tratar de construir un campo teórico y práctico suficientemente amplio para que todos puedan hacer su juego sin marginar el juego de los demás.
El globalismo funciona mejor en estructuras asamblearias que en las de partido. Las asambleas ensamblan, las posiciones de partido parten. Si hemos aprendido a escuchar, a entender de verdad la parte de verdad del otro, a ensamblar con nuestra parte de verdad para alcanzar una verdad superior, ni tuya ni mía, sino nuestra, fruto maduro de nuestro diálogo. Evitando la oposición frontal reactiva y sabiendo construir una complementariedad circular retroactiva que permita la aparición de un equilibrio dinámico superior. En asambleas nos juntamos incluso con los que no hemos elegido y con los que nos hemos de entender, siempre que todos estén de acuerdo en la necesidad de que el debate es para hacer consenso. Con esta voluntad integradora daremos paso a la revolución de síntesis de contrarios: la nueva hermandad. La Fundación Randa-Lluís M. Xirinacs difunde estas propuestas.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.elpuntavui.cat/opinio/article/8-articles/1391229-globalisme.html