Penedès Econòmic. Junio de 2021. Página 22.
Armonía.
Dolors Marín Tuyà. Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Armonía y pensamiento filosófico van de la mano desde la más remota antigüedad en todas las culturas del globo en la misma medida. Globalización, no uniformización.
Armonía es englobar. La Sabiduría mundana, la percepción de buena disposición y relación trascendente de todo aquello que pertenece al mundo, en el Modelo Filosófico Global de Xirinacs.
El racionalismo occidental mutila la Armonía global, y queda un racionalismo exacerbado de Armonía lógica, racional y mecánica que se piensa y habla en un sencillo lenguaje matemático. Reducir la realidad, qué es muy compleja, a sencilla es torturarla y forzarla.
La vera Armonía radica en la buena disposición de tratar aquello que es diferente de ti. Es una relación fluida entre diferentes. Si la relación es global, implica el conjunto de los diferentes, entonces estamos ante una Armonía extrema. Curiosamente el alcohol y las drogas nos facilitan el deslizamiento dialéctico que no tiene precio para navegar por la vida. Nos hace sintéticos, sabios, nos arranca de la periferia sensitiva y nos transporta a los centros neuronales, nos mueve del Fenómeno hacia el Noúmeno, donde todo liga, donde se da la copulación universal, el reinado de la copulativa «y», en vez de la disyuntiva «o». Esta es la vera Armonía.
En el ámbito social, ha habido filósofos teóricos y fundadores de religiones que han anunciado o inventado armonías abstractas o utopías: la otra vida, el otro mundo, el cielo, el Edén, el Olimpo, el Walhala, la República de Platón, la Ciudad de Dios de Agustín de Hipona, la Utopía de Tomás Moro; algunas con un punto de ironía como El mundo feliz de Aldous Huxley.
Vivir y buscar la Armonía, puedo decir qué lo he vivido y lo he aprendido y disfrutado con el compañero y maestro Joan Parés i Grahit. No hace falta que la busquemos fuera, tenemos la Armonía divina en el interior de cada cual. Es cuando compartimos y consensuamos que disfrutamos la armonía común. La Armonía mundana nos llega con la madurez y la plenitud. La Armonía nouménica, trascendente no es nada más que la unidad en la diversidad, la Universitas. La Armonía con sentido tiene contenido, no sólo es apariencia. Finalmente distinguir la Armonía metapsíquica, la espiritual, no formal, de la Armonía metafísica que es la constante y sustancial.
Dolors Marín Tuyà.
Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.