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Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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¿Crisis? ¿Qué
crisis?
Un casi indudable signo de inteligencia, en
estos tiempos cutres y miserables en que vivimos, se descubre allí
donde alguien te reconoce, de entrada, y tras haber reflexionado
al menos sobre aquello de lo que se habla, que no se ha enterado
de nada, llegando a confesar la dificultad de llegar a comprender
siquiera una muesca de la materia tratada.
Yo iría más lejos aún y diría que nada
de lo que pertenece a nuestra época escapa a esa misma dificultad.
Es más: que ya nos podemos dar con un canto en los dientes
si podemos seguir pensando siquiera en algo, lo que ya es mucho
y lo digo sin cachondeo. Por el contrario, si nos topamos con alguien
que no sólo pretende haber pensado en algo, sino que además
pretende tenerlo claro, es más que probable que nos las estemos
viendo, cara a cara, y en directo, con un nadólogo, un ejemplar
de las numerosísimas especies de expertos en nada que pululan
por el mundo; o sea: un imbécil.
Todo esto porque ayer vi a Marcos Peña (Presidente del Consejo
Económico y Social de España) entrevistado por Antonio
San José en CNN+. Pues bien, Marcos Peña es el primero,
y ya he visto a unos cuantos, al que he visto reconocer, de entrada
y con toda su crudeza, que no existen al día de hoy criterios
intelectuales para entender qué demonios es la crisis y mucho
menos, por tanto, para remediarla. Ni Ninjas ni Lehman Brothers
ni hostias. Algo que desde luego produce la sensación de
que las supuestas "noticias" de la crisis no son más
que las cajas negras que van saliendo a flote tras el naufragio...
pero como si nadie supiera muy bien qué coño ha naufragado.
Y lo cierto es que yo tampoco me entero de nada, salvo ver que todos
hablan de "la Crisis" como si fuera algo a lo que de inmediato
se le atribuyeran no sé qué secretos atributos. Te
sientes como un recién llegado a un siniestro antro en el
que siempre se habla, con infinita confianza y complicidad, de un
tal Navajas, al que por supuesto tú no conoces. Y por el
terrorífico semblante dibujado por sus colegas de fechorías
tú te quedas, además de un poquillo asustao, con cara
de novato y de pringao. Pero lo acojonante de la cosa, lo verdaderamente
acojonante -y entonces ya es como si estuvieras en medio de Pesadilla
en Elm Street- es cuando descubres... ¡que nadie conoce, ni
sabe ni ha visto nunca al tal Navajas!
Es como para troncharse de la risa y hacerse popó encima
del acojone, todo junto y a la vez. Porque esto de especular sobre
la crisis parece algo tan ridículo -en su pretensión
intelectual- como ponerse a hacer dibujitos sobre el átomo.
Y lo cierto es que hasta el día de hoy todos los Gobiernos,
Conferencias Internacionales y demás, con sus préstamos
y medidas, me recuerdan a todos esos físicos cuánticos
husmeando en los entresijos del átomo sin llegar a comprenderlo
jamás. Por lo pronto, el átomo no ha reventado, lo
que no es poco ya que a eso se han enfocado todos los esfuerzos
y de eso parece depender todo de momento. Pero he aquí la
única gran lección a la que han llegado hasta ahora
los mejores cerebros en materia económica: ¡Nadie entiende
ni se entera de nada!
Y yo que me alegro, ya ves; con sus gráficos, sus curvitas
diferenciales y todas sus demenciales funciones de previsión
de crecimiento que no hacen otra cosa que esconder, bajo una máscara
higiénica, la expansión de la carnicería, la
desesperación, la locura y la miseria. Ahora va y resulta
que no saben qué hacer con el magnífico invento del
análisis secuencial de Friedman... Y yo que me río
cuando nadie me ve: me caliento unas palomitas y me pongo una peli
de Woody Allen.
Sólo una cosa parece clara, y ni eso. De momento, aparte
de los misteriosos agujeros negros por los que desaparece el dinero,
lo único que parece claro es que lo que ha entrado en crisis
es la euforia y el optimismo de la rapiña voraz, con la soberbia
racionalista que la ha acompañado siempre. Y ello, claro,
implica actos de histeria y depresión en los que manejan
el cotarro, que es lo que en verdad acojona a la gente (que a su
vez se ve contagiada por los mismos actos de histeria y depresión),
porque la consecuencia inmediata del asunto son los despidos a tutiplén,
el pon tus barbas a remojar y el que se joda Vicente mientras ande
yo caliente (sí, sí, éste me lo acabo de inventar,
pero venía a huevo al caso). Y, que yo sepa, eso es todo.
Nada más. Pero tampoco nada menos. Y ya veremos. Porque sólo
cuando pase la tormenta se podrá ver hasta dónde caló
la señorita; habrá que ver entonces si, por ejemplo,
se han tomado las medidas oportunas para controlar los fondos de
inversión y frenar la evasión fiscal; pero también,
y sobre todo, si se han tomado las medidas necesarias para amortiguar,
de algún modo, la sangría canallesca de nuestro mundo
o si, por el contrario, se reproduce con mayor virulencia como en
una reacción a una ínfima vacuna.
En fin, sea como quiera Dios que sea, os dejo aquí el único
texto que he encontrado de Marcos Peña. Es una pena porque
el escrito y su manera de escribir no hacen del todo justicia ni
a su inteligencia ni a su vivaz ramalazo castizo. Y además
aquí se centra en el problema de la "gestión
de la crisis" y en las posibilidades reales de la sociedad
española para afrontarla. Y eso de modo sumario, o sea, más
para motivar que para otra cosa. Con todo, merece la pena echarle
un vistazo, ya que deja constancia, aunque sólo sea de pasada,
de su perplejidad ante el asunto y de la visión que tiene
de todo ello.
Marcos Peña, "Crítica de una crisis crítica":
http://www.iceta.org/mp301108.pdf
P.D.: Por mediación
de Juan Carlos Anselmi (nuevo "seguidor" visible del blog),
acabo de conocer la Asociación Joan Badina, centrada en el
estudio y la difusión de las ideas de Agustí Chalaux
de Subirá, cuya propuesta se centra en la implantación
de la moneda telemática (lo que extirparía, de raíz,
la evasión fiscal y el dinero negro, entre otras cosas),
ligada a la concepción que la acompaña, bautizada
por el propio Chalaux como "capitalismo comunitario".
La propuesta, por lo pronto, merece ser considerada, pensada y repensada.
Es cierto que, de entrada, no comparto el optimismo científico-racionalista
de la idea, pero me parece que apunta a una dirección adecuada.
Así que, de momento, hasta que no estudie más a fondo
las ideas de Chalaux me reservaré de hacer más comentarios.
Os dejo el enlace de la Asociación (disponible en varios
idiomas), en la que encontraréis varios textos y vídeos
en los que se exponen los diversos puntos de la idea. Hasta ahora
sólo he visto el vídeo de "La moneda telemática"
(muy, muy recomendable), que se proyectó en el Fondo Social
Mundial de Nairobi (Kenia) en 2007, y en el que Lluís Maria
Xirinacs (Doctor en Filosofia, ex-senador del Parlamento de Cataluña
durante la transición y candidato al Permio Nobel de la Paz
en el 75, 76 y 77) expone lo esencial de la propuesta.
http://www.bardina.org/
Por su parte, el propio Juan Carlos Anselmi ha puesto en circulación
varios blogs en los que se discuten los distintos detalles del proyecto.
De modo que también os dejo un enlace desde el que a su vez
podréis acceder al resto de blogs.
http://sociedadtelematica.blogspot.com/
Un aperitivo sobre mí
INTERESES
Dejar la lectura y el tabaco; conocer Japón,
Brasil, Las Vegas y el Congo belga; llegar a escribir algún
día la parida total; seguir sin prisioneros; acabar de despedirme
de los dolores.
SOBRE MÍ
Soy aristócrata de espíritu y anarquista
de corazón. Detesto a los grandes del mundo, sus esbirros
y su cháchara grandilocuente, que se suceden vertiginosamente
como títeres del tiempo, pero tanto como a los pequeños,
que se empeñan en decirte que nunca podrás hacerlo.
Puedo ser el más gregario de los hombres y a la vez el más
solitario e independiente, pues me hago a la par que me destruyo,
y cuando tú me creas aquí yo ya estaré allí.
No soporto los grupos, gremios, sociedades, partidos ni clubs, pero
si algo me atraviesa el corazón me lo juego entero. Me conservo
y ahorro como un avaro, pero sólo para jugármelo todo
después a una sola mano. Mi espíritu va a 300 por
hora, pero me verás lento como el caracol, porque no me apresuro
y me gusta tomarme mi tiempo como el vino, a sorbos cortos y lentos.
Como la planta, florezco en círculos, con metamorfosis y
sin prisa, pues tengo la certeza de que mi tiempo llegará.
En cambio, cuando me veas yendo a 500, ten por seguro que mi espíritu
está repostando. Me avivo al soplo de una mirada y soy ardiente
como el mezcal, pero cuando me la juegan digo adiós y gusto
de hablar literalmente, hasta cuando hablo en parábolas.
Soy abierto y generoso por naturaleza, pero al bocado de una alimaña
puedo responder despedazándola y devorándola, para
rumiarla y vomitarla después. Puedo codearme con borrachos,
locos y putas lo mismo que con las Provinciales de Pascal o la Reina
de Inglaterra, y adoro el canto de los ángeles como el gemido
de una mujer, porque soy delicado como una flor, pero bestial como
el león, y cuando la piel se me pudre me deshago de ella
como la serpiente. Comprendo los polos opuestos, el arriba y el
abajo, la derecha y la izquierda, el movimiento y la quietud, y
en espiral vuelo hacia el término medio que no está
en el centro, sino en la armonía de lo opuesto.
Mikibassa
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