Los problemas a los que hoy día se enfrenta
la humanidad son tan complejos y de tal envergadura, que desaniman
a cualquiera.
Las fuerzas constructivas y la sociedad como tal han ensayado diversas
soluciones para reducir el impacto de las burbujas financieras,
así como para reducir la pobreza, el terrorismo, el narcotráfico,
el contrabando y en especial el tráfico de armamentos, la
corrupción, los fraudes, los sobornos y los peajes ilegales,
la especulación, los llamados delitos comunes, etcétera,
etcétera. Si bien hay que reconocer que se han realizado
algunos avances y que de vez en cuando se han ganado algunas batallas,
los resultados aún continúan siendo muy magros, señal
que no han funcionado bien ni nuestros enfoques ni nuestras estrategias.
¿Qué hacer? ¿Cómo cambiar este estado
de cosas?
Es muy probable que las soluciones puedan darse con mayor facilidad,
si cambiamos en forma radical nuestra actual estructura sociofinanciera
de convivencia, y esta modificación, y este cambio salvador,
bien podría ser lo oportunamente propuesto por Agustí
Chalaux de Subirà: Sustitución del actual dinero innominado
por dinero telemático y escritural.
Martes, 11 de noviembre de 2008
J.C. Anselmi.