Estimado Señor Presidente Barack Obama:
Usted ha sido elegido en la víspera como
el nuevo sucesor a la Casa Blanca en Estados Unidos de América,
y su mandato comienza en el año 2009. Mis sinceras felicitaciones
Señor Obama. Felicitaciones de todo corazón, Señor
Presidente.
Usted será un nuevo mandatario demócrata
en esa gran nación del norte del continente americano, y
de hecho usted será el primer mandatario de origen afroamericano
en su país. Ello muy posiblemente le representará
dificultades adicionales, y a la vez probablemente le permitirá
llevar adelante orientaciones y posturas novedosas, originales,
interesantes, especiales, diferentes en lineamientos a las concebidas
e impulsadas por sus antecesores.
Muchísima suerte Señor Presidente
en su futura gestión.
En lo personal espero que su mandato se encuentre
marcado por la sagacidad y por la inteligencia, y desde el fondo
de mi corazón también espero que usted entienda que
las cuestiones monetarias están en la base de las grandes
reformas estructurales y sociales que conviene se lleven adelante
en EEUU y en el mundo entero. El dinero es el más importante
instrumento en cuanto a la distribución de recursos se refiere,
y por tanto ahí puede estar la clave para la resolución
de muchos de los problemas mundiales.
Y en consecuencia, desde lo más íntimo
de mi ser también espero que usted pida a sus asesores que
estudien en profundidad las posibilidades reales de llevar adelante
algunas de las ideas impulsadas desde España por el Centro
de Estudios Joan Bardina, en cuanto a lo que se refiere a las monedas
telemáticas, en cuanto a lo que se refiere al dinero telemático,
al dinero escritural y sin base material específica, o sea
en cuanto a lo que se refiere a las especies dinerarias virtuales
y escriturales y explicativas, en cuanto a lo que en idioma inglés
se conoce como "book-money" o "ebook-money"
o "telematic money" o "telematic currency".
Obviamente sus asesores y consejeros sin dificultad podrán
ubicar interesante información sobre esta materia en los
espacios web de la citada institución española; esta
documentación se encuentra disponible en inglés y
en español, así como también en otros diferentes
idiomas, por favor consultar:
http://www.bardina.org
y http://www.chalaux.org
Desde mi modesto punto de vista, la moneda telemática
está llamada a cumplir un rol preponderante y significativo
en nuestra estructura organizacional social, y por tanto mejor será
que urgentemente esta cuestión pase a los primeros lugares
de la agenda mediática y política.
Por cierto, mi sugerencia no se orienta a que se
adopte a tapas cerradas la propuesta original de Agustí Chalaux
i de Subirà. El proyecto original de Agustí Chalaux
bien podría ser el punto de partida o de arranque, pues seguramente
allí habrá detalles que cambiar, pues probablemente
allí habrá enfoques que adaptar a circunstancias locales
del país de que se trate.
Ah Señor Presidente, me olvidaba, pues también
hay otro importante e inquietante asunto, y se trata del uso del
dólar en la economía mundial. Esto no es una cosa
lógica y coherente, pues en el esquema actual se plantean
asimetrías evidentes e irritantes.
Mande a sus asesores a estudiar esta cuestión,
por el bien de la humanidad, y por el propio bien de EEUU.
La solución bien podría consistir
en la creación de una verdadera moneda internacional, por
ejemplo a semejanza o imitación del Proyecto Bancor oportunamente
propuesto por el economista John Maynard Keynes.
Piense bien esto Señor Presidente. Si en
buena medida es usted quien toma una iniciativa de este tipo, muy
probablemente en sus manos también quedarán algunas
muy importantes definiciones de los detalles en cuanto al período
de transición y en cuanto a la solución final.
Así, si usted lidera este cambio estructural,
usted tal vez se encuentre en posición privilegiada para
hacer que la transición sea menos traumática para
todos. Así, tal vez usted podrá lograr que la transición
encuentre más preparado a su propio país.
Piense bien esto Señor Presidente. Total,
la moneda internacional no directamente ligada ni a una determinada
divisa nacional ni a una determinada cesta de divisas, a la corta
o a la larga, es algo que de todas maneras se va a imponer. Por
tanto será mejor que usted mismo tome la iniciativa.
Nuevamente le deseo mucha suerte en su gestión
de cuatro años como primer mandatario de los Estados Unidos
de América. Éste es realmente mi sincero deseo.
Y ya terminando esta nota, le ruego reciba usted
Señor Presidente, la expresión de mis mejores y más
sinceros sentimientos.
Juan Carlos Anselmi Elissalde.