Una filosofía muy sencilla.
El sufrimiento causado o ahorrado es una buena vara de medida de la acción humana.
Aconsejable es la lectura de los libros de diferentes autores, de diferentes escuelas, de las llamadas terapias del alma, cada uno de los cuales ayuda a sus pacientes a sanar fenómenos de sufrimiento vividos, ya sean provenientes de situaciones individuales o colectivas, que permanecen en el inconsciente de cada individuo y que pueden provenir tanto de la encarnación actual como de vidas anteriores. Del aprendizaje de esta obra se puede enunciar una filosofía relativamente sencilla de entender y que puede ser el inicio de un camino de comprensión de la realidad espiritual.
Toda acción encaminada a provocar el sufrimiento de una persona o de un colectivo es una acción incorrecta. Toda acción encaminada a prevenir una forma de dolor ya existente o bien a mitigar o sanar una forma de sufrimiento que ya se ha producido es una acción correcta, ya sea dirigida a un individuo o a un colectivo.
Hay que tener en cuenta que la omisión de una acción también constituye una acción en sí misma. Si se tiene la capacidad pero no se evita por omisión una forma de sufrimiento, también tiene su parte de responsabilidad. Si uno, que tiene la capacidad, no hace prevención por omisión de una forma de dolor o bien por omisión no cura una forma de sufrimiento que podría haber ayudado a sanar, también es responsable, en todo o en parte.
Tengamos en cuenta que la capacidad de actuación de un ser humano es limitada, por lo cual la inacción o la acción limitada ante un fenómeno que escapa de su capacidad de actuación es un eximente de la responsabilidad. Aun así, un individuo, para abordar un problema que excede de sus capacidades, puede obtener la ayuda de otros individuos o colectivos. Entonces la responsabilidad puede ser compartida.
La cosa se complica cuando una persona o un colectivo tienen que pasar por una forma de sufrimiento a consecuencia de la necesidad de aprender una lección espiritual, a menudo por el hecho de haber causado sufrimiento en el pasado a otro individuo o colectivo.
La astucia consistente en causar, por acción o por omisión, el sufrimiento a alguien para conseguir algún tipo de ventaja a corto plazo es el origen de un camino en el que el victimario puede acabar en el papel de víctima en el futuro. Si el victimario es demasiado poderoso en la encarnación actual como para escabullirse del agravio y salir bien parado de la experiencia, entonces tenemos que, en una encarnación posterior, el victimario puede encontrarse carente de este don y entonces tener que asumir un tipo de trance como el que fue el causante en aquella vida anterior.
Cuando los representantes de diferentes grupos, condiciones o ideologías abandonan sus principios para consentir el sufrimiento de sus semejantes, y resulta que se pertenece a alguno de estos grupos, hay que abandonar la vara de medir del grupo al cual se pertenece, tratar todos los seres humanos como iguales y ayudarles a ahorrar su sufrimiento.
Si queremos vivir dentro en un paraíso en la Tierra sin tanto sufrimiento, la condición es que seamos nosotros mismos los que lo hagamos posible con nuestras acciones.
Brauli Tamarit Tamarit.
Jueves, 2 de Septiembre de 2021.
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